Entre los 2 y 5 años, los niños atraviesan una etapa en la que hacen preguntas constantes, especialmente “¿Por qué?”. Esta fase, aunque desafiante, es crucial para su desarrollo. A continuación, exploramos las razones detrás de este comportamiento y su importancia.
La curiosidad como motor del aprendizaje
Los niños pequeños son curiosos por naturaleza. Hacer preguntas les permite explorar conceptos, entender cómo funcionan las cosas y ampliar su conocimiento. Cada respuesta que reciben les ayuda a establecer conexiones y comprender mejor su entorno.
Desarrollo cognitivo y lenguaje
Esta etapa coincide con un rápido desarrollo cognitivo y lingüístico. Los niños expanden su vocabulario, practican habilidades de comunicación y estimulan su capacidad de razonar. Las preguntas “¿Por qué?” son una herramienta esencial para consolidar estos aprendizajes.
Búsqueda de independencia
A través de sus preguntas, los niños intentan comprender las reglas y estructuras del mundo, lo que les ayuda a sentirse más seguros y capaces. Esta búsqueda de respuestas es una forma de ejercer control sobre su aprendizaje y entorno.
Cómo manejar la etapa del “¿Por qué?”
- Responde con sinceridad: Si no sabes la respuesta, investiga con ellos.
- Estimula el pensamiento crítico: Haz preguntas que los inviten a reflexionar.
- Fomenta la exploración: Proporciónales recursos como libros o actividades.
- Acepta la repetición: Repetir preguntas es parte del proceso de aprendizaje.
En conclusión
La etapa del “¿Por qué?” es clave para el desarrollo infantil. Responder con paciencia y curiosidad enriquece su aprendizaje y fortalece la relación adulto-niño. Aprovecha esta fase como una oportunidad para acompañarlos en su descubrimiento del mundo.